Olivia y La Guinda del Pastel

Olivia es la menor de tres hermanos, es la peque de la casa. Mucha gente me dice que creen que soy una mujer muy fuerte por sacar adelante a mi familia numerosa con tanta alegría y paciencia… Bueno, eso es lo que se ve desde fuera! Son muchos los berrinches que nos llevamos el papá y yo por una lista interminable de “incidentes de crianza” y os aseguro que a veces es muy difícil guardar la calma. Es muy complicado compaginar la atención de las necesidades de nuestros tres hijos, sobre todo teniendo en cuenta la diferencia de edad que hay entre ellos.

Mi primera hija, Esperanza,tiene 13 años, el mediano, Roque, tiene 6 y Olivia cumplirá 5 este verano. Ese es el mayor reto, os lo aseguro. Las necesidades especiales que tiene Olivia y el apoyo extra en su desarrollo por nuestra parte es pan comido si lo comparamos con la diversidad de necesidades especiales y apoyo extra que necesitan nuestros otros dos hijos. Ellos también son especiales, ellos también necesitan tiempo para procesar lo que tienen que ir aprendiendo aunque en la mayoría de los casos lo hagan en menos tiempo que Olivia. Sin embargo, algunos retos sorprendentemente los ha conseguido Olivia en menos tiempo que sus hermanos. Así, por ejemplo, ella ha aprendido a controlar los esfínteres un año antes que sus hermanos, ha aprendido a vestirse y desvestirse antes también, se cepilla los dientes mejor que su hermano, que es un año y medio mayor… Todo esto es por una razón: a ella le hemos exigido más.

Si ella hubiera nacido la primera, seguramente yo no sabría todo lo que se ahora. Habría pensado que con ella habría que esperar muchísimo más que con el resto de los niños, habría imaginado que sería muy complicado compaginar su crianza y educación con la de un hijo neurotípico, me habría agobiado tanto que creo que no habría tenido dos hijos más.

Es una gran suerte para Olivia y para toda la familia que haya venido a casa después de sus hermanos. Sus hermanos son su mayor estímulo, un estímulo que seguramente no tendría de haber sido la primera. Lo más seguro es que yo habría sido una mamá llena de miedos, miedos que mis dos primeros hijos me enseñaron que eran innecesarios.

Siempre he dicho que mis hijos me lo ponen muy fácil, la que se complica la vida soy yo… Cuando me siento cansada o estresada lo único que tengo que hacer es frenar, respirar y dejarlos jugar en paz, darles un respiro a ellos y a mi, ese es el secreto.

Sin duda, Olivia llegó en último lugar para poner la guinda en el pastel!219 - copia

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